CRÓNICA DEL CAMINANTE - Pico Antuco Morales.
- Pablo Tréboles
- 6 abr 2020
- 4 Min. de lectura
CRÓNICA DEL CAMINANTE - Pico Antuco Morales.
Por: Pablo Tréboles
Hace once años conocí a Antonio Morales nuestro amigo Pato Castro nos presentó en un ascenso al Corazón, mi primer ascenso al Corazón, ese día conocí a uno de esos maestros que te inspiran, que te enseñan sin pedirte nada a cambio. Como a mí, Antuquito ha inspirado a muchos jóvenes, que ahora son grandes profesionales, desde músicos internacionales hasta arqueólogos. Si no hubiera conocido a Antuquito no hubiera conocido, nunca hubiera aprendido sobre ese lado cultural de las montañas y nunca hubiera encontrado este amor por la escritura, por la investigación, por la lectura y por supuesto mi amor por las alturas.
Empapados, sucios, cansados e incluso un poco asustados, llegamos a Chiguac el 9 de noviembre del 2019 un grupo de siete montañistas a las 5 de la tarde, Antuquito nos recibía con un cálido abrazo, sorprendido de vernos llegar a su fiesta de cumpleaños en tales fachas.
Durante la mañana el grupo de siete montañistas Jhon Cedeño, Walter Narvaez, Evelyn Arellano, Edgar Flores, Carolina, Jenny y mi persona nos habíamos encontrado en el parque central de Machachi, todos motivados por el valor y la curiosidad que caracteriza a un montañista.
Hace tiempo había visto un pico que me invitaba a acercarme a él cada vez que caminaba por el Paso del inca, alguna vez había visto cerca de la base de aquel pico misterioso una canaleta que al igual que el pico de roca me invitaba seductoramente a explorarla, pues seguramente a esa cumbre ya habría subido alguien antes, pero por esa canaleta, por esa ruta que tanto observaba enamorado como estoy de la montañas, nadie había puesto un pie antes.
Y los siete montañistas amigos como todos somos en este pequeño mundo de rocas y de hielo, nos habíamos preparado con la intención de coronar ese pico tomando la ruta de la canaleta que desconocíamos y que medio habíamos analizado en Google Earth.
Así comenzamos nuestro ascenso, solo con la certeza del camino que lleva hasta el Paso del inca, pero desde ahí hasta la cumbre del pico que planeábamos ascender era terreno desconocido.
Entre lluvia, risas y anécdotas por fin habíamos llegado al Paso del inca nuestra única referencia en ese día lluvioso y con neblina, mi amigo Jhon Cedeño había llevado una botella de vino vacía y yo tenía en mi mochila una hoja de papel con un pequeño mensaje que decía " POR MOTIVO DE LOS 60 AÑOS DE EDAD DEL HISTORIADOR Y MONTAÑISTA ANTONIO MORALES MOLINA (DON ANTUQUITO) SUS AMIGOS MONTAÑISTAS, BAUTIZAN A ESTE PICO DE 4393MSNM CON EL NOMBRE DE PICO ANTUCO MORALES," pues este ascenso lo hacíamos celebrando los 60 años de edad de nuestro amigo Ataquito.
Pedí a mis amigos que firmaran la hoja con sus nombres, la enrollamos y la pusimos dentro de la botella mientras nos poníamos los cascos y nos disponíamos al acercamiento a la canaleta que parecía nos llevaría a la cumbre. En la mitad de la canaleta encontramos tres grandes rocas que en algún momento de la historia se habían desprendido de la montaña quedando atoradas en medio camino, había que escalarlas lo cual no era muy fácil que digamos, pues las presas eran muy pequeñas y donde se colocaban los pies estaba resbaloso por la llovizna que amenazaba con convertirse en aguacero, superadas estas tres piedras, aparecía una escalera de roca donde había que asegurarse de las mismas por que la tierra que estaba acumulada a los bordes estaba floja y resbaladiza y si alguien por mala suerte llegaba a caer le esperaba por lo menos unos 10 metros de pendiente hasta tocar tierra plana.
Llegamos a un collado y encontramos que para llegar a la cumbre del pico más alto había que escalar una pared muy expuesta por lo menos unos 30 metros de alto, no teníamos cuerdas, ni arneses, ni nada para asegurarnos así que debíamos realizar esa escalada en estilo libre, cinco de los siete decidieron quedarse en el collado, decisión prudente pues cuando uno no se siente en la capacidad de realizar maniobras de peligro en la montaña, lo mejor es precautelar la vida y renunciar a la cumbre, "La verdadera cumbre es llegar a la casa con bien" . Solo Edgar y yo nos aventuramos, pedí a Edgar que abriera la ruta y así lo hicimos el encabezando la cordada que no estaba encordada y yo siguiendo sus pasos, por una pared expuesta y con varias piedras flojas que amenazaban con soltarse dejándonos caer al vacío directo a una muerte segura.
Llegamos a la cumbre, nublada pero hermosa, abracé a Edgar, le di la mano y le agradecí por ayudarnos a abrir esa ruta, de mi mochila saqué la botella con el mensaje para nuestro amigo Antuquito, Edgar me grabo mientras dedicaba unas palabras a nuestro amigo y colocaba la botella bajo una piedra de la cumbre para que otros exploradores la encontraran en un futuro.
El descenso lo hicimos por el lado norte del Pico que ahora se llamaba Pico Antuco Morales, pero la historia de ese descenso tendré que escribirla en otra ocasión, pues está crónica es solo en honor a Antuquito y describir el descenso sería igual de largo que esta Crónica del caminante.
A las 5 y 30 de la tarde del 9 de noviembre del 2019, daba el anuncio de la cumbre del Pico Antuco Morales ante familiares y amigos de Antuquito en su fiesta de cumpleaños, los siete montañistas descansamos intentando secarnos y disimulando el frío por lo empapados que estábamos.
A las 8 de la noche del 9 de noviembre del 2019 se realizó la entrega del certificado oficial del ascenso.
Primera vez en mi vida de montañista que bajaba de una cumbre directo a bailar al ritmo de una Banda de música nacional.
Un agradecimiento especial a: Darwin L Pico, Fidel Zaldumbide, Diana Gabriela Troya que estuvieron pendientes de esta aventura, a Noe Escobar Morales y a toda la familia Morales Molina por la complicidad para realizar este homenaje a Antuquito, a los amigos que me acompañaron en el ascenso gracias por las risas y por la seguridad que da estar en la montaña de ustedes Evelyn Arellano, Walter Narváez, Jhon Cedeño, Jenny, Caro, Andres Venegas, Lucas Scott. Muchas gracias Edgar Flores Poveda un gusto compartir esta montaña contigo, gracias a todas las personas que no pudieron estar en el ascenso pero que estuvieron de corazón con nosotros. Y muchas gracias Antonio Morales por todos estos años de amistad, que cumpla muchos años más.











Comments