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CRÓNICA DEL CAMINANTE - Los caminos de los Yumbos

  • Foto del escritor: Pablo Tréboles
    Pablo Tréboles
  • 31 jul 2019
  • 12 Min. de lectura

CRÓNICA DEL CAMINANTE - Los caminos de los Yumbos


Por: Pablo Tréboles


Los bosques cumplen varias funciones medio ambientales, son el hogar de muchas especies de animales, plantas y hongos, regulan la temperatura de la tierra combatiendo el calentamiento global, muchos de los bosques sobre el planeta son más antiguos que la raza humana, son grandes superficies de color verde que en su mayoría se ubican en las faldas de las montañas, protegidos por barreras naturales y creando microclimas en su interior convirtiéndolos en verdaderos tesoros de biodiversidad, también cabe rescatar que algunas culturas antiguas se movieron y vivieron en los bosques.


DIA 1.

Me había quedado a cargo de un grupo de estudiantes de turismo de la Escuela Politécnica del Ejército (ESPE), éramos ocho personas en total los que nos encontrábamos en la cabaña refugio de la reserva de biodiversidad “El Cedral”, nuestro trabajo consistía en la limpieza del sendero principal y el mantenimiento de la cabaña, ocho días en la mitad del bosque húmedo sin energía eléctrica, agua potable, teléfono o internet, solo ocho muchachos completamente desconocidos que tendrían que convivir y trabajar en equipo.


Solo disponíamos de electricidad durante unas pocas horas en la noche, está la obteníamos de un generador a gasolina, que encendíamos todos los días a eso de las 18:30 – 19:00 horas para merendar y jugar a las cartas, en el momento en que encendíamos el generador las luces de la cabaña cobraban vida y con su fuerte luz atraían a decenas de polillas, de todos los tamaños y colores, muchas de ellas morían al contacto directo con las bombillas.


DIA 2.

El primer día había terminado con una pequeña charla con los muchachos que desde ese día habían quedado a mi cargo, al segundo día habíamos planeado bajar a visitar las pequeñas cascadas que se encuentran dentro de la reserva, el recorrido a las cascadas había sido corto, pero lleno de aventura, algunos tramos había que pasarlos sujetados de delgadas cuerdas con el riesgo de que con un pequeño resbalón cualquiera del grupo cayera directo al río que por su poca profundidad causaría alguna herida o alguna lesión, yo iba al frente del grupo tratando de leer el camino por la mitad del río pues queríamos conocer la cascada más grande de la reserva, cuando llegamos a un tramo que se veía peligroso, pedí a los chicos que se sujetaran de la cuerda y pasaran uno por uno, pero cuando Mavi una de las muchachas que estaba en el grupo se sujetó de la cuerda el tronco en donde había estado asegurada cedió, Mavi casi cae al río todos nos asustamos, pero continuamos descendimos en un rudimentario rapel hasta la base de la cascada que no medía más de unos 7 metros de altura, para regresar subí por la cuerda y la asegure a otro tronco para evitar otro incidente como el de Mavi, hablamos de lo sucedido durante el resto de los días que estuvimos trabajando en equipo.


DIA 3.

Al tercer día despertamos temprano pues habíamos planeado iniciar con la limpieza del sendero principal, era la primera vez que los chicos utilizaban machetes y solo disponíamos de seis de estas filosas herramientas, así que nos repartimos las tareas, seis personas contando conmigo subiríamos por el sendero limpiando las ramas que amenazaban con taparlo y otras dos personas se quedarían en el refugio lijando el piso, y preparando el almuerzo. La limpieza del sendero fue una tarea cansada, pero a medio día habíamos llegado a más de la mitad del trayecto y decidí que podíamos regresar al refugio para almorzar y descansar. Fue una gran idea pues no había pasado ni media hora de que habíamos llegado, cuando recibí la noticia de que nos habíamos quedado sin agua, el agua que llegaba por medio de una tubería al refugio no era potable, venía directamente de un riachuelo ubicado a unos 30 minutos de la cabaña, para llegar al riachuelo había que recorrer un tramo de bosque húmedo al borde de una quebrada, descender por una cuerda y caminar por la mitad del riachuelo hasta encontrar la fuente donde debíamos cerciorarnos de que existiera succión por parte de la tubería, la cual tenía varias uniones a lo largo de la quebrada y debíamos revisar dos de esas uniones, pues existía la posibilidad de que la tubería se encontrara tapada privandonos del líquido vital. Tome dos cascos, unos cauchos por si nos hicieran falta para unir la tubería, pedí que me acompañe a Carlitos uno de los chicos de la ESPE, revisamos la primera unión y nos dirigimos a la segunda que estaba cerca a la fuente, descubrimos que no había succión en la fuente, logramos arreglar el desperfecto pero cuando llegamos a cabaña descubrimos que continuábamos sin agua, entonces regresamos al riachuelo y descubrimos que una de las uniones de la tubería había explotado, ese día trabajamos hasta tarde y tanto fue la pesadez de este trabajo que regresamos a pedir ayuda a otras tres personas, ya eran las 5:00 pm cuando empezó a llover y no habíamos logrado arreglar el problema del agua, esa tarde nos quedamos sin agua.


DIA 4.

Despertamos, esta vez estábamos completamente decididos a arreglar el problema del agua, fuimos cuatro personas a la fuente, Guss, Arita, Sol, Carlitos y yo, antes de llegar a la fuente revisamos los tramos de tubería, todo estaba en orden, cuando llegamos a la fuente revisamos que existiera succión y empezamos a arreglar la unión que tenía una pequeña fuga, trabajamos unas 3 horas en ese lugar, pero no conseguimos arreglar el problema, entonces nos dimos cuenta que la solución era cortar la tubería y por medio de calor hacer que encajara para así evitar que existieran fugas, regresamos a la cabaña por herramientas, una cierra, fosforera, los machetes por si la cierra no funcionara y una cuerda, volvimos a la fuente, Guss, Carlitos y yo, ninguno de los tres tenía experiencia en arreglar tuberías, así como ninguno tenía experiencia en utilizar un machete, nuestra idea funcionó muy bien y la tubería cercana a la fuente ya no tenía fugas. Habíamos pensado en un plan B y habíamos llevado un bote de unos 8 litros para llenarlo de agua y llevarlo a la cabaña, pero el bote era muy pesado y para subirlo por la quebrada tuvimos que utilizar la cuerda, cuando llegamos a la unión que había explotado el día anterior, nos dimos cuenta que por alguna razón seguía sin pasar agua, existía succión en la fuente, la tubería estaba sin fugas, ¿Por qué no pasaba agua? ¿Qué habíamos hecho mal?, enojado tome la tubería y la arroje al bosque, al golpear contra las plantas, milagrosamente se destapó y empezó a pasar agua con una gran presión, ahora debíamos unir ese tramo de tubería para que el agua siguiera su recorrido hacia la cabaña, la unimos con mucha dificultad pues la presión del agua era tan fuerte que nos empujaba y no permitía la unión de la tubería, empapados y cansados recordamos que había que recoger el bote de 8 litros y cargarlo, nos turnabamos en los tramos complicados para así evitar accidentes en ese terreno lodoso y resbaloso, me di cuenta que el agua seguía su curso normal por la tubería, la esperanza de haber arreglado nuestro problema con el líquido vital iba aumentando a cada paso mientras nos acercabamos a la cabaña, cuando llegamos empapados, enlodados, sudorosos y cansados a la cabaña vimos que había agua saliendo de la tubería y procedimos a llenar el tanque.


Estábamos felices por nuestro logro, chocamos nuestras manos y nos dimos las gracias, nos quedamos sentados en la entrada de la cabaña esperando a que el tanque se llenará para poder bañarnos en agua fría, después de almorzar ya un poco tarde, fuimos todos a descansar, yo tome de la cocina una pequeña funda de tostado que había llevado y permanecí en mi cuarto comiendo, mis compañeros dormían todos en una habitación y también se encontraban descansando, a las 20:00 horas fui a cerciorarme de que los chicos se encontraran bien y para despedirme, pues estaba lleno de haber comido tanto ese día, que decidí ir a dormir, me despedí de mis compañeros y fui a tratar de conciliar el sueño, unos minutos después sentí como se levantaron todos para ir a preparar la cena, muy amablemente golpearon mi puerta, cuando la abrí vi a Yary que había ido a buscarme para preguntar si quería merendar, le di las gracias, pero le dije que estaba lleno y le explique lo del tostado, Yary también me comunicó que habían tenido problemas para encender el generador, entonces baje para ver qué había pasado, pero Guss y Carlitos me dijeron que ya no lo necesitaban que estaban bien con la luz de las velas.


Regrese a mi habitación y me quede dormido, un fuerte grito me despertó de mi sueño, el grito que era de una de las chicas fue seguido por el grito en conjunto de todos los chicos que estaban a mi cargo, asustado me levanté de la cama pero el mosquitero que cubría la cama impidió que me moviera rápido, cuando por fin me libre de la prisión del mosquitero y salí de mi habitación todo era silencio, mis compañeros no estaban por ningún lugar, moviéndome con cautela fui al piso inferior pensando que tal vez un animal grande había entrado a la casa, todo estaba en orden y volví a subir, no escuchaba ningún ruido, me acerque a la habitación de mis compañeros, di unos golpecitos a la puerta y desde el interior me respondieron gritos de susto, todos habían estado en silencio pues por alguna razón se habían asustado mucho unos instantes antes y con mi forma de golpear la puerta solo logre que se asustarán más, me explicaron que Caro se había asustado por la presencia de un feroz animal en el piso inferior, un feroz animal del bosque con orejas redondas y cola larga, un ratón, animalito que no vi hasta dos días después.


Volví a dormir, pero desafortunadamente el cielo del bosque empezó a derramar lluvia de una manera que debo decir que me asustó, era un tormenta bastante fuerte y un relámpago cayó muy cerca de la cabaña haciendo que esta temblara y se iluminará, en las pocas horas que logre dormir esa noche tuve un sueño, soñé con ELLA, había decidido ir a estar aislado en medio del bosque para olvidarme de ELLA, pero parecía que los espíritus de la naturaleza y la energía que existe en los bosques solo hacía que la recordará con más intensidad.


Día 5:

Despertamos un poco más temprano que lo acostumbrado 5:30 horas había que desayunar y subir temprano a dar el encuentro a Germán Toasa y Don Lucho que llegaban ese día para ayudarnos en la limpieza del carretero principal, Germán es el dueño del Refugio de Biodiversidad, subimos el bosque por el sendero principal, una vez fuera del bosque se abre una carretera estrecha empedrada, íbamos los ocho muchachos cargados de palas, azadones y los machetes, además de comida y agua, caminamos un buen tramo del carretero hasta encontrar a Germán que había llegado acompañado de Toby su pequeño perrito y dos muchachos que habían querido conocer el refugio, también estaba acompañado de Don Lucho, con quien conversé un momento y supe de él que se dedicaba a la ganadería, que tenía varias cabezas de ganado en su propiedad y que pasaba en medio del bosque solo, pues su familia vivía en la parroquia de Calacalí por los estudios de su hijo pequeño.


Empezamos el trabajo de ese día, yo me quedé con Don lucho, Guss, y Mavi, con los machetes en mano cortando las ramas que sobre salían al carretero e impedirían con el tiempo la entrada de vehículos, el otro grupo fue con German a realizar el mismo trabajo unos kilómetros más arriba, este trabajo como era normal por nuestra falta de experiencia resultó muy cansado, pero logré notar en los chicos que se divertían cortando las ramas y suros que encontraban en medio del camino, era una experiencia divertida, pues resultaba interesante ver la extraña evolución de un grupo de chicos de casa que nunca en su vida habían tomado herramientas de este tipo, que nunca habían imaginado estar separados de la tecnología y de las comodidades de la ciudad y que ahora sus movimientos y comportamiento eran diferentes, escuche en algunas ocasiones como se referían al internet como algo que no necesitaban, como reconocían que la computadora y el celular en la ciudad solo les quitaban el tiempo, observe cómo se maravillaban con las sorpresas del bosque, las plantas pequeñas, las flores, los hongos, los árboles gigantes más viejos que cualquier ser humano sobre la tierra, observe como mis compañeros se conocían más, pues es diferente estudiar juntos de lunes a viernes a vivir juntos de domingo a domingo y conocer las diferentes costumbres que cada individuo posee.


Terminamos ese día con un fuerte aguacero, regresando empapados a la cabaña a preparar el almuerzo que compartimos con Germán, sus dos acompañantes y el pequeño Toby, llegó la noche mientras jugábamos a las cartas y con una buena cena entre personas que cada vez se sentían más cerca.


Día 6:

A la mañana siguiente despertamos a las 6:00 horas desayunamos y German me dio instrucciones para los dos días siguientes, una de las tareas encomendadas era la colocación en el bosque de una trampa de hojarasca para un proyecto de biomasa, volvimos a subir con las herramientas hasta el carretero, este día estaba parcialmente despejado muy pocas nubes en el cielo y en las estrechas ventanas que formaba el bosque en algunos puntos se podía observar un paisaje magnífico y único, a nuestra espalda estaba el final de la región sierra, sabíamos que allá en el fondo, en alguna parte, al final de un hermoso mar de nubes se encontraba el océano.


Caro y yo encabezamos el grupo, mientras caminábamos hablábamos de nuestras experiencias en las montañas pues fue una gran coincidencia que dos montañistas y escaladores se encontraran en el mismo sitio de prácticas, en un tramo del sendero principal a nuestra derecha aparecía borroso detrás de las nubes y del bosque un nevado, Caro y yo discutimos sobre qué nevado del Ecuador era el que veíamos, llegamos a la conclusión de que se trataban de los Pichinchas, ver este paisaje fue muy grato, pues ver a una de mis amadas montañas desde el interior de un bosque era un espectáculo único.


Realizamos el mismo trabajo del día anterior, terminamos cansados y yo con un pequeño corte en mi dedo pulgar de mi mano derecha que me lo hice al afilar el machete, este día no tuvimos lluvia y regresamos a la cabaña las ocho personas iniciales, pues Germán y sus amigos regresaron ese día a la ciudad, esa noche cenamos pollo y yo prepare la trampa de hojarasca que colocaría al día siguiente, Descansamos.


Día 7:

Este día era importante pues era nuestro último día y nuestra última noche dentro del bosque y teníamos aún pequeños trabajos que realizar, desperté temprano y me di cuenta que llovía bastante fuerte, tuve que esperar una media hora para poder salir, debía ir a colocar la trampa de hojarasca en la parcela que se encontraba en el bosque, colocar dicha trampa no fue difícil, pues el lugar de la trampa era visible y fue muy fácil cumplir con este trabajo, cuando salí al bosque, mis compañeros aun dormían, pero cuando regrese los encontré a todos a punto de preparar el desayuno, colabore con este trabajo, desayunamos y repartimos las últimas tareas, Yary, Carlitos, Gus y yo, arreglaríamos la parte superior de la cabaña, Caro, Arita, Mavi, y Sol se encargarían de la parte inferior, limpiamos las ventanas y lijamos, habíamos terminado estas tareas ya tarde y cuando nos dimos cuenta ya estábamos cenando, Guss y Sol ya cansados decidieron ir a dormir, pero Arita, Carlitos, Caro, Mavi, Yari y yo nos quedamos despiertos jugando con mi cámara, pues mi buen amigo Alejandro me había enseñado recientemente la técnica de fotografía Paint lighting y pues las chicas románticamente querían escribir los nombres de sus novios, acabado el juego fuimos a descansar.


Día 8:

Era sábado, Don lucho llegaba a las 8:00 horas a la cabaña con sus mulas para ayudarnos a subir las maletas al carretero donde nos esperaría una camioneta que nos llevaría a Yunguilla, este día nos despedíamos de nuestro pequeño hogar temporal, nos despedíamos del bosque que tanto nos había enseñado de nosotros mismos, nuestro andar era lento como si no quisiéramos irnos, atravesamos el bosque como lo habíamos hecho los otros días, pero esta vez con la idea de regresar a nuestras casas, no puedo decir lo que mis compañeros sentían o pensaban, pero si me preguntan, yo sentía cierta nostalgia, pues en casa no solo me esperaba el ruido de las calles congestionadas sino también me esperaban situaciones aún difíciles de superar, la verdad si me he dedicado a escribir no es más que por superar esas situaciones, otra parte de mí se sentía feliz, iba a ver a mi madre, a mi familia, a mis amigos y a mis animales.


Cuando llegamos a la carretera y le pagamos a Luchito, sentía que el fin de esta aventura llegaba, llego la camioneta, nos embarcamos e iniciamos el viaje de regreso a Yunguilla, converse con el señor que manejaba la camioneta para que nos llevará a Carlitos, Yary, Arita, Mavi y a mi hasta Calacalí, el señor de la camioneta me contó sobre el proyecto de turismo comunitario de la población de Yunguilla, me contó que antes ellos talaban y destruían el bosque para ganar una mínima cantidad de dinero, pero que ahora con el turismo la calidad de vida de la población había cambiado, que ahora ya no destruían el bosque, ahora lo protegían.


Me lleve una gran sorpresa cuando le pregunté si tenían senderos, me contó algo increíble, dijo que Yunguilla tenía antiguos senderos Yumbos, Culuncos, esto explicaba unas extrañas piedras y restos de vasijas que Germán había encontrado durante la construcción de la cabaña.


La primera vez que supe de los Culuncos fue en el parque arqueológico Rumipamba en Quito y siempre quise saber más sobre los Yumbos, la palabra Culunco no tiene ningún significado, estos caminos fueron llamados así por el sonido que hacia el aguardiente (culun, culun, culun) al moverse dentro del pondo que los Yumbos en la antigüedad cargaban en sus espaldas con el objetivo de proveer de manera ilegal de este líquido de la felicidad en los pueblos cercanos, pues en algún momento de nuestra historia el aguardiente fue prohibido y fueron los Yumbos los que se encargaron de engañar a las autoridades, pero no solo llevaban aguardiente también llevaban por estos caminos alimentos como granos, raíces o animales, existen caminos Yumbos que llegan hasta la costa ecuatoriana.


Aprendí en este viaje lo importante que es conocer gente nueva, aprendí lo difícil que puede ser la vida en el campo, lo afortunados que somos por contar con una riqueza tan impresionante como son los bosques y me fui de este bosque húmedo feliz de haber compartido con un grupo de trabajo de grandes seres humanos.


Con mucho cariño para:

Caro, Mavi, Yary, Arita, Sol, Guss, y Carlitos. Fue un honor haber trabajado junto a ustedes.



 
 
 

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